El ahorro y la idea de no hacer pasar a los familiares por la experiencia de organizar el sepelio son los principales motivos para contratar el último adiós por adelantado
La defunción de un familiar es una de las circunstancias más amargas que puede vivir una persona y más si a estos momentos de duelo se les une la tarea de organizar el funeral. La elección del tanatorio, del ataúd o del tipo de ceremonia son decisiones que los familiares del difunto tienen que tomar en cuestión de horas —y ajustándose a un presupuesto— mientras se hacen a la idea de que esa persona se ha ido. Por eso, para evitar este dolor innecesario a sus familiares algunas personas están tomando la decisión de planificar su propio funeral.
A pesar de que en España todavía son pocos los que se animan a dar el paso y asumir que, tarde o temprano, todos acabamos muriendo y que por ello es mejor estar preparado, cada vez más empresas ofrecen estos servicios de funeral planner. Este es el caso de Electium, del grupo Mémora, que desde 2015 ofrece a sus clientes la posibilidad de organizar todos los detalles de su último adiós.
Christian Gimeno, director de Electium asegura que esta práctica todavía no está tan extendida como en otros países por dos motivos, el primero es puramente cultural: «Parece que creemos que preparar nuestro funeral llama a la muerte, cuando solo es la aceptación de algo que sabemos, sin duda, que sucederá». Y el segundo son los seguros de decesos. «En otros países existen los llamados seguros de prenecesidad, mediante los cuales la persona decide cómo quiere que sea su funeral. Esto supone un servicio mucho más completo, ya que no solo se encargan de la parte económica como sucede aquí en España, sino que también aportan tranquilidad a la familia, que no tiene que preocuparse por nada relacionado con el funeral de su ser querido”. Lo cierto es que este último es el motivo primordial por el que algunas personas deciden dejar preparadas sus exequias.
Todo el que haya pasado por el amargo trago que supone enterrar a un ser querido sabe que en esos momentos lo último que se quiere es que un trabajador de funeraria te enseñe las diferentes opciones de ataúdes o que te hable sobre las flores que decorarán la sala del tanatorio. Además, según apunta Gimeno, en esos momentos pensar en “qué hubiera querido” supone una carga psicológica añadida muy grande para la persona que se encarga de tomar estas decisiones.
Otro de los motivos que lleva a una persona a decantarse por dejar preparado su sepelio es el dinero. En esta vida todo tiene un precio, y morirse es una de las cosas más caras que, inevitablemente, hace todo el mundo. En España el precio medio de un funeral ronda los 3.500 euros, según un informe de la OCU publicado en 2018, pero esta cifra puede variar dependiendo de la provincia en la que se produzca el deceso. Por lo que para ahorrar, también en el final lo más importante es comparar precios y sopesar las diferentes opciones, algo que no suele pasar cuando un familiar acaba de fallecer y hay que organizarlo todo en cuestión de horas.
“Puede parecer un poco frío, pero el funeral hay que plantearlo como unas vacaciones. Si a estas alturas del año (julio) quieres reservar unas vacaciones en Mallorca para agosto, los hoteles serán mucho más caros que si lo hubieras reservado hace meses. Pues en este caso es lo mismo”, explica Gimeno, ya que según apuntan desde Electium planificar el funeral puede suponer un ahorro de entre el 20% y el 25% del precio final, en un sepelio estándar. Por otra parte, y en comparación con un seguro de decesos, la planificación de un funeral (y el pago por anticipado del mismo) ya supone un ahorro considerable sobre todo con el aumento de la esperanza de vida.
Esta anticipación también favorece que la persona pueda pensar qué le gustaría que hicieran exactamente sus seres queridos cuando ya no esté o asegurarse de que los que se quedan estén bien. “La verdad es que, al menos en nuestro caso, podemos hacer de todo: desde contratar un catering para después de la ceremonia, o la música en directo, hasta asegurarnos de que la familia recibe ayuda psicológica durante las primeras fases del duelo. El límite lo pone la persona que contrata el servicio”, comenta Gimeno.
¿Cómo asegurarse de que los familiares cumplen con los deseos del difunto?
Según explica Olatz Alberdi socia del bufete ABA Abogadas nadie puede garantizar totalmente que se cumplan los deseos expresos del finado tras la defunción, ya que depende de la buena voluntad de todos los herederos. “Sin embargo la ley establece que, a priori, han de respetarse las últimas voluntades del causante siempre que sea posible”, explica. Para que estos últimos deseos se hagan realidad empresas como Electium firman un contrato de compromiso con el futuro difunto en el que establecen punto por punto cómo tiene que ser el sepelio y se comprometen a llevarlo a cabo. En caso de que los familiares se nieguen a cumplir estas últimas voluntades o quieran cambiar de manera considerable las ceremonias establecidas por el finado, ellos como empresa no realizarían el funeral, y por supuesto no devolverían el dinero a la familia. “Nuestro compromiso es con la persona que contrata el funeral, por lo tanto solo atendemos a sus voluntades, siempre que estas se encuentren dentro de la ley”, aclara Christian Gimeno.
Al existir este contrato, según la opinión de Alberdi, es casi seguro que los herederos no podrían negarse a llevar a cabo las exequias tal y como estableció el causante. “Es más, si quisieran recuperar el dinero y acudieran a la justicia para reclamarlo lo más seguro es que el juez los obligara a cumplir con las últimas voluntades de su familiar fallecido”, apunta.
Fuente: El Pais